Su formación se remonta al año 5600 a.c. como consecuencia de una crecida de las aguas del Mediterráneo y el mar de Mármara.
Históricamente ha gozado de gran importancia estratégica y comercial por unir el mar Mediterráneo y el mar Negro,siendo objeto su control de varias hostilidades.
Todos estos factores fueron decisivos para el establecimiento de la capital bizantina y, posteriormente Estambul como capital del Imperio Otomano.
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